La Frugalidad

 

 

La frugalidad de Lo Yuao

Aunque hasta pasados los 70 años, Lo Yuao no había leído a Lao Tsé, era esencial y taoista su presencia en el barrio porteño de Tribunales. Humilde y silencioso, blando como el océano y sin rumbo como las ráfagas de una tormenta.


El artista -artista y bohemio, se definía- había frecuentado como pintor un expresionismo forjado un poco en el sur de China y otro poco en la llanura Argentina. Y era dueño de una terca ingenuidad: hombre de fe, tenía confianza en la confianza. Para dormirse, Lo Yuao, que no guardaba temores ante la muerte, escuchaba los latidos de su corazón.

Ahora bien, cuando a la tozudez se le agrega dulzura y lucidez sencilla, puede generarse lo que suele llamarse un estilo. Eso tienen los dibujos del artista: como él, en sus últimos años, ocupan un espacio austero y mínimo, pero se quedan largo rato en la memoria por prepotencia poética.

Sólo un taoista cabal pudo haber dejado de lado el óleo y la acuarela, para terminar su vida como él la fue trazando, en clásica tinta china. Hay una despedida incandescente en cada uno de los dibujos finales de Lo Yuao. Un leve y largo adiós en esa trama de tigres, caballos, paisajes, montañas y bambúes, dibujados sobre un papel destinado a otras cosas, más mundanas.

Al final de sus días, sobre papeles de cocina, Lo Yuao llegó a vislumbrar las líneas del mundo.

 

Camilo Sánchez/Gustavo Ng


Breve semblanza de Lo Yuao

Nació en 1933, en la península de Kowloon. Su padre murió antes de que él naciera y su mamá, una adolescente, lo abandonó al nacer al cuidado de su abuela. La abuela pereció de hambre durante la invasión japonesa, que abarcó la niñez de Lo Yuao. Huérfano, fue alojado y educado por el Ejército de Salvación. Se recibió de técnico textil y en 1954 viajó a la Argentina como parte de un contingente que instalaría una fábrica de hilados en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Allí tomó clases de piano, formó parte del coro de la Asociación Cultural Rumbo y puso una casa de fotografía. En 1971 se mudó a Buenos Aires, donde trabajó de mozo en restaurantes chinos, tuvo a cargo el bufete de la Asociación Argentina de Ajedrez y se jubiló como fotógrafo de firmas para peritos calígrafos. Paralelamente se dedicó a la fotografía artística y a mediados de la década del 70 comenzó a tomar cursos de pintura en la Asociación Estímulo de Bellas Artes. Se mantuvo en un estilo ligado al expresionismo hasta que el paso por Argentina de un maestro chino le devolvió las imágenes de su primera juventud. Desde entonces se dedicó a la pintura china tradicional. Sus años en Sudamérica, sin embargo, fueron apareciendo en la temática y el material de su obra. Los ranchos y los bagres del Paraná alimentaron a las pagodas y las carpas del Zhu Jiang, y el papel de arroz, demasiado caro para un artista bohemio, fue reemplazado por papel absorbente de cocina.

Lo Yuao pintó con lento y determinado frenesí hasta su muerte en 2007.

 

Inauguración

Martes 7 de agosto las 19 horas. Acceso por: Juncal 1912

 

Horario y lugar de la muestra

La muestra permanecerá abierta desde 7 al 31 de agosto, lunes a viernes, 10 a 20hs. Acceso por: Riobamba 1276, Ciudad de Buenos Aires.