Impacto del comercio


 

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Por Diego Cagliolo* y Aldo Cassinelli Capurro**

 

Introducción

Bajo diversas premisas, se nos hace evidente que el comercio internacional está siendo afectado por decisiones regidas por un nuevo orden geopolítico, dejando de lado la perspectiva puramente económica que predominó en las últimas décadas del siglo pasado. Este fenómeno puede situarse, a riesgo de precisar una fecha, en la denominada crisis “subprime” y la recesión que afectó principalmente a las economías desarrolladas, especialmente EE.UU. y la UE,  así como las acciones posteriores adoptadas por los países perjudicados.

Este proceso se intensificó con la pandemia de Covid-19, que generó problemas graves en las cadenas de suministro de componentes vitales y medicamentos esenciales, empujando a los países a adoptar medidas restrictivas en materia comercial. Mientras la crisis subprime fue un problema financiero que dañó la confianza en las instituciones bancarias, la crisis de suministros producto del Covid-19 afectó el intercambio de bienes de consumo en el área especialmente delicada de la salud y la alimentación. Ambos fenómenos han contribuido significativamente a la adopción de medidas tendientes a aumentar las barreras comerciales, complicando el intercambio de bienes y servicios entre zonas específicas del mundo.

La mayor consecuencia ha sido un creciente proteccionismo mediante instrumentos comerciales y, fundamentalmente, de carácter administrativo, otorgando a los Estados el poder de restringir el libre intercambio de bienes entre los países. Esto se ha incrementado con el paso de los años y, en la actualidad, incluso se adoptan limitaciones a las inversiones en sectores estratégicos o altamente regulados, siguiendo la lógica de bloques comerciales.

Estas limitaciones al intercambio comercial se han verificado principalmente en los bienes físicos, pero también avanzan en el área de servicios, que es donde realmente se configura el movimiento de recursos monetarios a nivel de las grandes potencias. La invasión de Rusia a Ucrania acrecentó este fenómeno debido a las sanciones impuestas a Rusia y la incapacidad de contar con productos de los países involucrados en el conflicto bélico. El incremento de los combustibles fue el más visible, especialmente en Europa, al igual que el costo de los alimentos, medidos por el índice FAO (FAO, 2024), que a su vez impulsaron el aumento de los precios a través de la inflación. Aunque no fue el único componente, contribuyó de manera significativa para ello.

En paralelo, se ha producido un alineamiento de los actores internacionales en materias que van más allá de lo meramente comercial, generando una pérdida de valor mundial debido a la ineficiencia en el uso de recursos, producto de decisiones político-administrativas. Todo lo anteriormente descrito sugiere un proceso de globalización inversa. Esta desglobalización avanza a pasos acelerados, configurando bloques donde se alinean actores centrales y periféricos, aquellos que toman decisiones (policy-makers) y aquellos que solo las acatan sin posibilidad de intervenir (policy-takers).

En un contexto internacional en el que las alianzas son inciertas y la cooperación internacional es débil, surge un cuestionamiento generalizado a la interdependencia económica. En consecuencia, los líderes políticos y tomadores de decisiones han reevaluado los beneficios de la integración económica global, en particular, de las amplias cadenas de suministro globales. La discusión ya no se centra solo en la mejor asignación de recursos para obtener beneficios económicos y sociales; ahora, variables como la seguridad nacional/regional, la salud, los flujos de población, el terrorismo y el crimen organizado priman sobre ellas. Todo esto indica un mundo que se desglobaliza a medida que sus prioridades cambian.

Los procesos descritos sugieren que la fragmentación geopolítica del comercio mundial se caracteriza por el surgimiento de dos bloques de países liderados por EE.UU y China que restringen el comercio entre quienes no están alineados entre sí, creando un escenario cada vez más complejo de administrar.

Como muestra el gráfico con las cinco etapas de la globalización, podemos apreciar una caída en el intercambio comercial a partir de la crisis financiera de 2008-2009, dando paso a la denominada “slowbalization” (PIIE, 2022), que rompe con varias décadas de crecimiento ininterrumpido del comercio mundial.

Fuente: PIIE. (2019). What is globalization

 
Impacto del intercambio comercial

El impacto del intercambio comercial en las condiciones de vida de las personas puede ser significativo y variado. En la segunda mitad del siglo pasado, hemos observado un proceso creciente de mejoras en el acceso a bienes y servicios, lo que ha conllevado una mejora notable en las condiciones de vida de gran parte de la población mundial.

Por ello, resulta pertinente revisitar algunas de las virtudes del libre flujo de comercio entre naciones. En primer lugar, el comercio internacional amplía el acceso a una variedad de bienes y servicios que de otro modo podrían no estar disponibles o ser demasiado costosos en ciertas regiones. Esto mejora la calidad de vida al permitir a las personas acceder a productos que satisfacen sus necesidades y deseos, desde alimentos y medicamentos hasta tecnología y entretenimiento.

Además, el comercio internacional puede crear empleo al estimular la producción y el crecimiento económico. Las empresas que participan en el comercio internacional suelen necesitar contratar trabajadores para fabricar productos, transportar mercancías, proporcionar servicios de logística, entre otros. No obstante, también reconocemos que el impacto en los salarios puede variar según factores como la demanda laboral, la competencia y las políticas laborales en cada país debido a la localización de empresas.

La importación de productos más baratos de otros países puede reducir los precios finales para los consumidores, lo que aumenta su poder adquisitivo y mejora su nivel de vida. Sin embargo, también pueden observarse algunos efectos negativos si la competencia extranjera reduce la demanda de productos fabricados localmente, afectando a los trabajadores y las comunidades que dependen de esas industrias. Este es uno de los principales argumentos para la adopción de medidas proteccionistas, especialmente en los países más industrializados. Particularmente en Argentina, que desde los 40’ experimentó un importante proceso de sustitución de importaciones y el desarrollo de una industria multisectorial relevante, este debate persiste hasta el día de hoy.

A su vez, el comercio internacional fomenta la competencia y la innovación, resultando en una mayor disponibilidad de bienes de calidad y mayor variedad de productos ofertables a precios competitivos para los consumidores.

A medida que el comercio internacional se incrementa, también puede contribuir al desarrollo económico, estimulando el crecimiento de sectores clave y aumentando los ingresos nacionales. Esto ayuda a reducir la pobreza y mejorar el acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica.

El Brexit puso en evidencia por la negativa estas afirmaciones (France24, 2023). Según cifras recientes, desde entonces, el comercio de bienes del Reino Unido retrocedió 10%, mientras que progresaba 5% en los otros países del G7. Aunque el acuerdo firmado con la UE evita el regreso de los derechos de aduana, el mismo impone pesadas declaraciones burocráticas (formularios de importación, exportación, certificados sanitarios, etc), nuevos controles fronterizos que demoran los despachos y encarece los productos finales. A más de dos años y medio de concretado el raro experimento, el balance muestra un lento derrumbe del comercio británico. “El Brexit fue un experimento raro desde un punto de vista económico. Según Emily Fry, del centro de reflexión Resolution Foundation, se  trata de un país que decidió levantar barreras con su principal socio comercial, que representa cerca de l mitad de los intercambios”. (Corradini, 2024).

En resumen, el comercio internacional puede tener un impacto significativo en las condiciones de vida de las personas al influir en su acceso a bienes y servicios, empleo y salarios, precios de los productos de consumo, calidad y variedad de productos, y desarrollo económico en general. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos pueden variar según el contexto económico, social y político de cada país y región.

 

América Latina y el comercio internacional

Latinoamerica es una amalgama de países con características difíciles de agrupar en un esquema básico. Su principal factor es la heterogeneidad (Cassinelli Capurro, 2023), que, aunque podría ser una virtud, se ha convertido en un problema a lo largo de los siglos. El intercambio intrarregional es de los más bajos del mundo, sus cadenas de suministro son limitadas y las cadenas de valor entre los países de la región son poco relevantes o prácticamente inexistentes.

Ante esta realidad, los países de América Latina y el Caribe difieren significativamente en su grado de apertura comercial, presentando extremos en esta situación. Además, la composición geográfica de sus flujos comerciales muestra una exposición heterogénea al riesgo de una fragmentación del comercio por motivos geopolíticos.

Exceptuando México (en gran parte producto de la radicación de empresas chinas productoras para el mercado estadounidense amparadas en el acuerdo de libre comercio de America de Norte entre Mexico, EEUU y Canadá, T-MEC), América Latina no ha sido realmente parte del auge de las cadenas de suministro globales de las últimas décadas, participando principalmente en la parte inferior de la cadena como proveedores de recursos naturales.

A partir del llamado “boom de las materias primas” de principios del siglo XXI (un aumento sin precedentes de los precios de exportación de materias primas) las ventas (principalmente a los nuevos mercados de Asia) se dispararon y beneficiaron enormemente a los exportadores de materias primas de la región. Los últimos veinte años han representado un salto exponencial en los vínculos comerciales. China se afianzó como uno de los mayores socios económico-comerciales de la gran mayoría de los países latinoamericanos. Sobre la base de una gran complementariedad económica, el intercambio experimentó un desarrollo sin precedentes creciendo año tras año y alcanzando cifras récord.

Sin embargo, desafortunadamente, América Latina perdió una gran oportunidad de aprovechar ese período dorado para transitar un proceso de desarrollo económico y social sostenible. Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, se endeudaron fuertemente consolidando abusltados déficit estructurales de balanza comercial que se profundizaron en el tiempo.

Asimismo, la región enfrenta obstáculos considerables para la integración de la cadena de suministro, incluyendo infraestructuras y capacidades logísticas deficientes, marcos regulatorios precarios y un respeto al estado de derecho que sigue siendo un déficit crónico en la mayoría de los países. Por lo tanto, aunque existen algunas oportunidades de localización, es poco probable que la región en su conjunto pueda aprovecharlas al máximo.

 

Conclusiones

Los beneficios y las virtudes del libre flujo de comercio entre naciones y su impacto en la vida de las personas es innegable. El comercio internacional amplía el acceso a una variedad de bienes y servicios que de otro modo podrían no estar disponibles o ser demasiado costosos en ciertas regiones. Asimismo, actúa como creador de empleo al estimular la producción y el crecimiento económico. Esto redunda en una mejora en la calidad de vida al permitir a las personas acceder a productos que satisfacen sus necesidades y deseos, desde alimentos y medicamentos hasta tecnología y entretenimiento, mejorar sus ingresos y brindar mejores condiciones de desarrollo general.

En la actualidad la discusión ya no se centra solo en la mejor asignación de recursos para obtener beneficios económicos y sociales. El comercio internacional está siendo afectado por decisiones basadas más en un nuevo orden geopolítico. Seguridad nacional/regional, salud, los flujos de población, el terrorismo y el crimen organizado adquieren major relevancia y determinan los cursos de acción política. Un mundo que lentamente se desglobaliza a medida que las prioridades cambian.

Este proceso, que se intensificó con la denominada crisis “subprime” y la pandemia de Covid-19 que generó problemas graves en las cadenas de suministro de componentes vitales y medicamentos esenciales, empuja a los países a adoptar medidas restrictivas en materia comercial. La invasión de Rusia a Ucrania en 2021 acrecentó este fenómeno y consecuentemente ha provocado un alineamiento de los actores internacionales en materias que van más allá de lo meramente comercial. Este “proceso de globalización inversa” o “desglobalización” avanza a pasos acelerados, configurando bloques donde se alinean actores centrales y periféricos, aquellos que toman decisiones (policy-makers) y aquellos que solo las acatan sin posibilidad de intervenir (policy-takers).

El interrogante principal radica en discernir si este proceso constituye el fin de un ciclo que se ha detenido definitivamente o si solo se ha ralentizado (algo ya visto en otros periodos de la historia) lo que implicaría un reacomodo temporal de los actores para ajustar los términos de intercambio como primera medida de contención. Un alineamiento de fuerzas en busca de una nueva eficiencia económica y beneficios sociales que fortalezca las posiciones geoestratégicas.

En el caso de Latinoamérica, por la heterogeneidad propia de los países que la componen y la matriz primaria de sus economías, se hace aún más difícil visualizar su posición en el concierto internacional en el mediano y largo plazo.

De no mediar propuestas regionales novedosas y profundas reformas estructurales casi con seguridad el continente seguirá siendo proveedor de materias primas e insumos básicos dentro de la cadena global de suministros. En un contexto de comercio intrarregional bajo, no se avizora un cambio inmediato en las actuales condiciones. Solo la constancia en el incentivo de procesos de integración real que incorporen el impacto del avance tecnológico en la vida humana y el desarrollo de la IA y sus aplicaciones permitirán redefinir el escenario y dar impulso necesario para la mejora de las condiciones de vida de los habitantes.

Bibliografía

-Corradini, L. (25 de Mayo de 2024). Obtenido de La Nacion online: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/elecciones-en-gran-bretana-la-riesgosa-jugada-de-rishi-sunak-que-no-podria-evitar-la-caida-de-los-nid25052024/

-FAO. (3 de Mayo de 2024). El índice de precios de los alimentos de la FAO . Obtenido de El índice de precios de los alimentos de la FAO sube ligeramente en abril, debido principalmente al aumento de los precios mundiales de la carne: https://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es/

-PIIE, P. I. (24 de 10 de 2022). What is Globalization? Obtenido de https://www.piie.com/microsites/globalization/what-is-globalization

-France24. (2 de Feb de 2023). Tres años del Brexit y su impacto en la economía británica. Obtenido de France24 online: https://www.france24.com/es/programas/el-debate/20230202-tres-a%C3%B1os-del-brexit-y-su-impacto-en-la-econom%C3%ADa-brit%C3%A1nica

-Cassinelli Capurro, A. (2023). Un sistema polîtico para e Chile que viene. Santiago de Chile: Arcus.

 

*Lic en Ciencias Políticas con especialización en Relaciones Internacionales (UCA). Ex Subsecretario de Relaciones Internacionales y Cooperación de la Provincia de Buenos Aires. Ex secretario del Departamento de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral. Director de Proyección Estratégica al Asia de la Fundación Argentina Global. Miembro del Consejo Asesor del Observatorio Sino-Argentino (Fundación Nuevas Generaciones) y Miembro del Grupo de Trabajo China del CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales). Analista internacional, consultor, asesor legislativo y profesor de Política Comercial Exterior, Comercio Internacional, China y Pesca. Diplomado en Comercio Internacional (Univ.Siglo XXI). Creador y Director Ejecutivo de GLOBA (Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio Exterior de la Provincia de Buenos Aires). Es Director Profesional de Empresas (IGEP).
**Lic en Ciencias Políticas y Administración Pública. Magister en Ciencia Política (Universidad de Chile); Postítulos en Gerencia Pública (Dpto. Ingeniería Industrial, Universidad de Chile) y; Preparación y Evaluación de Proyectos (UDP). En Estado Unidos ha realizado postítulo en Estrategia, Seguridad y Defensa en al National Defence University Washington DC 201; Negociación y Manejo de Conflicto en Harvard University (Boston 2019). Se ha desempeñado en diversos cargos directivos en instituciones públicas como Jefe División Estudio en Segpres (2010-2014). Fue Director de Planificación Estratégica en Ministerio de Relaciones Exteriores (2020-2022) y actualemente es Director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Autónoma de Chile.

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