Simon Boyd - Teresa Durmüller - Pablo Fracchia - Hector Meana - Camila O'Gorman

del 8 de noviembre al 7 de diciembre.


 

La heroicidad de los caballeros de BOYD, la aventura de la naturaleza de DURMÜLLER, la nobleza de la materia de FRACCHIA, la proeza apasionada de MEANA y la sensual armonía de O’GORMAN son  el conjunto de hazañas que dieron origen a esta muestra. Este conjunto de aventuras no es otra cosa que una GESTA



Simon Boyd nos introduce en su universo épico a través de una gran libertad de acción. Con sus técnicas mixtas, los protagonistas de la obra son el color, la pincelada audaz y un caos en el que aparecen -casi solapados- personajes históricos, flamencos, caballeros medievales, entre otros.   La mancha intensa y el “accidente” se combinan en este universo que nos invita a una búsqueda de una aventura casi literaria.
             
Teresa Durmüller, tomando como herramienta principal una línea sutil y orgánica, usa con gran destreza la técnica del esgrafiado para revelarnos la tierra, la flora y la fauna de su Chaco natal. Del negro misterioso y profundo de la cera, surgen  líneas ocres, cobrizas y doradas que dan forma y calidez a sus composiciones. Nace la selva, la tierra, la pacha mama.

Pablo Fracchia somete y domina la materia, transformándola en composiciones volumétricas de una pureza exquisita.  La madera y la piedra se tornan “flexibles”  aunque jamás pierden su nobleza, al contrario, la enaltecen.  La masa, las curvas y las rectas invadidas por miles de incrustaciones, nos transportan al deseo de querer alcanzar lo eterno, lo infinito.

Hector Meana por medio de un trazo obsesivamente gestual y de una pincelada inevitablemente expresiva, nos sumerge en una pasión de la que es difícil desprenderse.  Dueño de una sólida formación académica, logra composiciones de marcada contemporaneidad, con el manejo del “tono perfecto” en sus dibujos y el “matiz perfecto” en su pintura.  El tema cotidiano de sus obras pasa a ser una excusa al servicio de la fuerza expresiva plástica.  Así una chapita deviene en  poesía y  unas espinas en dinamismo tormentoso.

Camila O’Gorman investiga la anatomía de la figura humana en busca de la sensualidad, tomando el autorretrato como tema recurrente: parte de un dibujo de estructura geométrica y la síntesis de planos de color en sus pinturas. La luz ocupa el rol principal de la obra y el color se subordina al valor con el claro objetivo de alcanzar un equilibrio, una elegancia serena. Nada queda librado al azar.

 

La muestra podrá visitarse del 8 de noviembre al 7 de diciembre, de lunes a viernes de 10 a 20 horas en Fundación, ubicado en Riobamba 1276, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es libre y gratuita.