Curaduría Verónica Flores

 

China posee un extenso territorio y una larga historia cultural con marcadas diferencias regionales. Desde tiempos antiguos, el ideal de unidad y armonía social se afirmó en el pensamiento estético chino a través de un profundo aprecio por la magnificencia y belleza de los entornos naturales y por la integración de la actividad humana en sus continuos procesos de cambio. En un primer momento, la representación naturalista sirvió de trasfondo silencioso a las figuras o a determinados sucesos narrados a través de imágenes, pero fue con la Dinastía Song (960-1279) que el género del paisaje cobró fuerza, profundidad y dinamismo dando lugar al surgimiento de verdaderos poemas visuales a partir de la pincelada ágil y del espíritu cultivado de los grandes maestros.

A la manera de un recorrido contemplativo por una sucesión de tiempos y espacios, la pintura de paisaje invita al observador a trasponer su localización hacia las propias obras y a vivir las composiciones desde adentro. Del mismo modo, el microcosmos humano se integra en el macrocosmos de la naturaleza. Nos adentramos a conocer y descubrir fotografías de escenarios geográficos y obras clásicas en diferentes formatos y técnicas, valorando también las formas en que el legado del arte tradicional sigue vivo en el presente.

En afinidad con el espíritu antiguo que busca captar el constante fluir de la naturaleza, podremos apreciar su resonancia en el arte chino contemporáneo a través de una selección de obras de la artista Xu Dongqing, miembro de la Academia Nacional de Artes de China, quien con sensible mirada sobre los paisajes recorridos nos conduce a evocar su gracia y encanto interior.