La Argentina pierde atractivo para la inversión extranjera
Por Carlos Moyano Walker
La Inversión Extranjera Directa (IED), como se la llama para distinguirla de la inversión puramente financiera, es de fundamental importancia para el desarrollo de los países que cuentan con escasos recursos financieros propios, como es el caso de la Argentina y de los países de América Latina en general. Según cifras publicadas por el World Investment Report 2014 (WIR), de la UNCTAD, la Argentina recibió bajo este concepto en 2013 US$ 9.082 millones, lo que representó una caída de 25,1% respecto a los valores de 2012. Esta evolución negativa resulta preocupante, sobre todo si se la compara con el conjunto de América Latina, que tuvo una baja de 6,1% y con los cuatro países miembros del Mercosur, que vieron reducir el flujo de IED en 5,3% en el último año.
Desde el momento en que las grandes empresas multinacionales tuvieron la certeza de que el Mercosur se consolidaba como un bloque, este se transformó en un polo de atracción para la IED. En este contexto, las inversiones se orientaron hacia aquellos países con ventajas comparativas tales como el costo y la calidad de la mano de obra, presión impositiva, infraestructura o seguridad jurídica. Sin embargo, con el tiempo el Mercosur empezó a perder impulso. Entre otros motivos, porque hubo una creciente violación de las normas que le dieron origen, entre otras se perforó continuamente el Arancel Externo Común y se obligó a pagar éste dos veces cuando los productos circulaban de un país a otro. También proliferaron las medidas para-arancelarias entre los miembros del bloque. Todo esto hizo que la IED se orientara hacia Brasil, el país que tiene el mayor mercado dentro del Mercosur.
Si se comparan las cifras de IED que recibe la Argentina con respecto a los demás países del Mercosur, especialmente Brasil, la performance de nuestro país es francamente negativa. Brasil recibió US$ 64.045 millones en 2013, con una pérdida de solo 1,9%; Paraguay, US$ 382 millones (-20,4%), mientras que Uruguay aumentó la IED 4,1% a US$ 2.796 millones. Como consecuencia de esta desigual evolución, la participación argentina en la IED total del Mercosur cayó de 15% en 2012 a 11,9% en 2013, mientras que la de Brasil aumentó de 81% a 83,9% y la de Uruguay, de 3,3% a 3,7% entre esos años. Otro modo de medir la importancia relativa de la IED es relacionarla con la población de cada país. En 2013, la Argentina recibió US$ 217 y Brasil US$ 318 por habitante.
Pero donde la Argentina resulta mucho más perdidosa en la comparación es en lo que se refiere a la parte de la IED total que corresponde a inversiones “greenfield” es decir a nuevos proyectos y no solo a compra de empresas ya existentes. En 2013, el país recibió US$ 4.342 millones por este concepto, con una baja de 27,7% respecto a 2012, pero Brasil obtuvo US$ 29.055 millones (+10,2%), Paraguay, US$ 395 millones (+37,6%) y Uruguay, 2.029 millones (+391,3%). Así, la participación de la Argentina cayó de 18,2% a 12,1%; la de Brasil subió de 79,7% a 81,1% y la de Uruguay, de 1,2% a 5,7%, mientras que la de Paraguay pasó de 0,9% a 1,1%.
Revertir esta situación requerirá que la Argentina refuerce la seguridad jurídica y ponga en práctica medidas macroeconómicas y reglas de juego estables que permitan recuperar la confianza de los inversores. Sin embargo, dada la gran diferencia existente en el tamaño de los mercados de la Argentina y Brasil, es necesario también que ambos países se comprometan a respetar las normas de la Unión Aduanera.
|