Cultura

La Ruta de la Seda a la Quinta del Sordo

Artista Eduardo Hoffmann

 

 

Cuando mi vida de pintor alcanzó  cierta madurez, una  atracción hacia la cultura china se fue gestando en mi, uno más entre  los millones  cautivados. Mi primera aproximación a China fue en una de mis visitas al Metropolitan de Nueva York, cuando en una de sus salas tropecé con una  exhibición de las Cuevas de Mogao. Fascinado en ese mismo instante, sentí con toda certeza, que mi próxima aventura sería sobre las arenas de la Ruta de la Seda. Las puertas del Met fueron para mi " las puertas"  de La Ruta de la Seda que me conducirían a fin de ese mismo año al desierto de Gobi.


No fui como un arqueólogo, no es mi oficio...lo hice como pintor, el rumbo del viaje, para mí, fue ese, superando ampliamente toda expectativa.


Estas grutas quedan cerca de Dunhuang, una ciudad donde tanto el misterio como la arena no son fruto de la imaginación, están  presentes en cada lugar recorrido y por recorrer - no declina-, y quién sabe de qué remoto lugar del Gobi viajan estas partículas por obra de Eolos, dios de los vientos.


En el hotel nos busca una van. Una vez iniciada la travesía, cuando el guía percibe los aromas de la yerba que emanaban de  nuestro mate, se arroja en dirección nuestra...resultó tener un tío en la Argentina dueño de supermercado, que le había permitido estudiar y trabajar en Buenos Aires … por lo tanto del mate no se había librado. Alguna explicación tuvo que darle al chofer sobre esta bebida colectiva, que no era más que una inocente infusión rioplatense.


Después de recorrer huellas como queloides - de ningún modo caminos-  llegamos a los tumbos a Mogao, un oasis geográfico, y un oasis de alivio para la osamenta. No éramos muchos, por suerte, un porcentaje mínimo de turistas tiene interés por este hallazgo único en su especie.


Siempre he experimentado un pésimo humor cuando he tenido que "compartir" las paredes de los museos... el placer interruptus. Éramos unos pocos portando unas linternas, que sirven para apuntar enfocando, y no tener una luminosidad  permanente que arruinaría, más temprano que tarde, a las pinturas distribuidas en los muros de casi 500 grutas.


El argumento de ellos es que ahí unos monjes budistas pintaban por encargo de peregrinos comerciantes - un intercambio especulativo con la divinidad-  comisionaban el pintar una gruta, esperando a cambio mejor suerte en la próxima travesía mercantil.


Mi conclusión es que ahí, en Mogao, no solo está representado lo espiritual, sino es la espiritualidad misma, y puedo dar testimonio de esto porque ya me sucedió en otras ocasiones, como cuando me encontré frente a las pinturas de la "Quinta del Sordo"... se me empañan los ojos.


Eduardo Hoffmann

 

Curadoras María Agustina Punte y Victoria Tolomei

 

 

Sobre el artista

Descubrí a Eduardo Hoffmann a través de una ventana. A través del marco, un destello de movimiento y color me llamó la atención y abrió mis ojos a las maravillas de su obra. Fue sólo una mirada, pero en ese instante, supe que tenía que saber quién era. Después de familiarizarme con su colección de obras, se  hizo evidente que lo que me atrajo a la obra de Eduardo era la misma razón por la cual había decidido hacer de Argentina mi hogar.

La cultura es verdaderamente colorida y auténtica, con fuerte conexión entre el pasado y el presente. La tierra ofrece un profundo contraste entre paisajes y climas, naturaleza abundante en su estado más puro. ¿Y qué podría ser más hermoso, conmovedor y profundamente arraigada que la naturaleza misma? El arte de Eduardo es tan envolvente que parece no tener límites, capturando la presencia espiritual en la naturaleza y un segmento de la vida. Se siente como si nunca habrá un lienzo lo suficientemente grande para su obra.

Como artista, el camino de Eduardo Hoffmann ha estado marcado por una serie de estilos y formatos que se extienden desde su interés por el surrealismo hasta el expresionismo figurativo. Trabajando con diferentes materiales, desde madera, resina o tela, su dominio técnico y la capacidad de experimentar con medios son claros. Sin embargo, no es sólo su dominio de la técnica lo que nos cautiva. También es su talento para captar la relación entre el hombre y la tierra, el amor que comparten.

Después de haber pasado de las montañas de Mendoza al mar de Buenos Aires, la corriente subterránea de Argentina fluye profundamente junto a él. Sus hábiles manos articulan y crean una visión del corazón con una profundidad emocional que toca el alma de la tierra. A través de su sentido de la escala, el ritmo de expresión y el dominio que trasciende el lienzo, Argentina ha sido una maravilla para apreciar.


Tony Chi

 

 

Inauguración

Lunes 3 de noviembre de 2014, a las 19hs. en Juncal 1912 – CABA

Horario y lugar

La muestra permanecerá abierta desde el lunes 3 al viernes al 21 de noviembre, de lunes a viernes, en el horario de 10 a 20 hs. Acceso por Riobamba 1276, CABA.