EL PAÍS, LA REGIÓN, EL MUNDO: Tres perspectivas para diagnósticos correctos y estrategias eficaces hacia el futuro


 

Descargar la publicación

por Félix Peña
Newsletter mensual
Marzo 2022

 

      Como con acierto lo señala Ignacio Bartesaghi en el título de su artículo publicado el 27 de febrero 2022 (ver la referencia en la sección Lecturas Recomendadas de este “Newsletter”), la guerra que se ha desatado en Ucrania puede ser percibida como un factor que suma tensiones a un ya convulsionado contexto político global. Ha reinstalado incluso la posibilidad de una eventual nueva guerra mundial. A lo que podemos agregar que este conflicto también estaría sumando tensiones que complicarían aún más el contexto económico global.

      Son tensiones cuyas implicancias más profundas son aún difíciles de pronosticar con precisión, pero que se pueden fácilmente imaginar a la luz de muchas experiencias históricas, incluyendo las de las dos guerras mundiales del siglo pasado. 

      Es otro signo de los tiempos. Pero tanto las tensiones como los hechos que las generan, están indicando que se estaría abriendo lo que sería un nuevo ciclo en el orden internacional, que tendría un notorio alcance multipolar e incluso anárquico, y que agravaría el cuadro actual de marcadas incertidumbres.

      Ello está acentuando la necesidad cada vez más evidente, de tener que enfocar las relaciones internacionales de cualquier país, en por lo menos tres perspectivas simultáneas.

      La primera es la perspectiva de cada país en su condición de protagonista del sistema internacional global. Cualquiera que sea su dimensión y su poder relativo, todo país requerirá tener un diagnóstico certero, sobre la importancia relativa que tienen sus relaciones con cada uno de los demás países y, en particular con los más relevantes y los más próximos.

      La segunda es la perspectiva de la concreta región geográfica a la que pertenece un país. Ello implica tener una clara idea de la importancia relativa que cada país pueda tener para la estabilidad política, el desarrollo económico y la paz de su región.

      Y la tercera es la perspectiva del sistema internacional global. Esto es la importancia relativa que un país tiene en el funcionamiento del sistema mundial, en especial para la preservación de las condiciones de estabilidad y paz y, sobre todo, en los casos en que se produjeran situaciones de conflictos que puedan derivar en eventuales enfrentamientos bélicos con otros países.

      Cabe tener en cuenta además que, entre otros efectos, la actual crisis de Ucrania acentúa la necesidad de rever algunos de los mecanismos previstos en el plano internacional para impulsar la cooperación económica entre las naciones. Ello es más factible cuando se trate de mecanismos que son relevantes y que ya han puesto en evidencia sus limitaciones para ser efectivos y eficaces. Tal el caso, por ejemplo en el plano multilateral, del sistema del comercio global institucionalizado en la Organización Mundial del Comercio.

      Y es muy posible también que se acreciente la valoración, tanto por razones económicas como políticas, de los procesos regionales de integración económica. El impacto en la Unión Europea, por ejemplo, podría ser eventualmente fuerte. El gobierno de Ucrania ya ha manifestado su interés en acelerar su incorporación a ese proceso precisamente originado en la experiencia acumulada tras la Segunda Guerra Mundial.

      Recordemos que los planteos originados en 1950, entre otros en Jean Monnet, en Robert Schumann y en Konrad Adenauer (ver al respecto el libro de Victoria Martín de la Torre, en la sección Lecturas Recomendadas de este Newsletter), se basaron en la necesidad de evitar la reproducción de un cuadro de factores que habían conducido a la guerra y que podrían volver a producir una experiencia similar de profundizase el actual enfrentamiento entre Europa y la Unión Soviética.

      El discurso del Presidente de Ucrania este 27 de febrero ante el Parlamento Europeo, precisamente relaciona el futuro de su país con su incorporación a la UE.

      La actual crisis en Ucrania ha, por lo tanto, fortalecido la necesidad de analizar los procesos de integración como los que se desarrollan actualmente en América del Sur y en América Latina, especialmente en el ámbito del Mercosur, con un enfoque amplio que incluya por cierto todos los factores que inciden en el comercio y el desarrollo económico, pero que trasciendan al plano del fortalecimiento de las condiciones para el predominio de la paz y la estabilidad política en la región en su conjunto.

Descargar la publicación